Preguntas abstractas... preguntas transcendentales...
La mente SUPERIOR es la RECEPTORA si la ACTIVAMOS.
Acallar la mente... no es INFORMACIÓN que buscamos afuera... es desarrollar la INSTROPECCIÓN para la conexión con lo que SOMOS. "AMOR"...seres humanos que experimentaron la "separación"... infinitas "combinaciones" de "condicionamientos"... y en introspección podemos re-conocer cómo pensamos, sentimos... vaciando la mente inferior... para observarnos sin juicio y ver qué nos "duele" en ese RE-CUERDO...
Darnos cuenta somos AMOR INFINITO... totalmente estancado... lleno de auto-engaños...
Y re-cordar nos hace SENTIR la separación... abrir los canales para recibir el RECUERDO de la UNICIDAD es algo INTERNO... para comenzar a derrumbar todo el "personaje" para "purificarlo" de creencias limitantes. Para ver la analogía de mis formas de pensar y sentir con el mundo que nos rodea...
La matrix nos espeja... más se disfraza, más inventos prepara... aprendió a la perfección su pervertida forma de "enlazarnos" con nuevas distracciones... búsquedas internas que en verdad son la negación de nuestros demonios... "tú eres luz", cambia y el mundo cambiará... borra y suelta tu pasado, ya no te sirve.
Es un potente proceso... a no desanimarse... a sentir lo que haya que sentir... Vinimos a aprender qué es amar!!! Confiar... y podemos confiar cuando nos desapegamos de los resultados y nos rendimos a la "cuestión"... en medio del maremoto, ir al centro... y que eso no lo confundamos con una huída... menudo detalle.
FELIZ 2017
“Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.
Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR.
Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.
El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor.
Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.
Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!”.
Tu padre: Albert Einstein”.